La naloxona es un antagonista opioide, utilizado comúnmente en cirugías, que tiene la capacidad de salvar de una sobredosis a un adicto en medio de una crisis.
De acuerdo con el National Institute on Drug Abuse, en Estados Unidos murieron más de 100,000 personas por una sobredosis en 2021. Por eso, en marzo de 2023, el gobierno norteamericano aprobó la venta de naloxona sin receta médica.
Algo similar pretendía la senadora Olga Sánchez Cordero cuando quiso reformar la ley para que la naloxona también fuera de fácil acceso en México. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha frenado este intento, pues se ha mostrado reticente a que esta sea una solución al problema, en especial, con el fentanilo.
¿Qué es la naloxona y para qué sirve?
“La naloxona es un medicamente que no solo sirve para quitar el efecto del narcótico sino para rotar de un narcótico a otro. También sirve para un ‘destete’, por así decirlo, de los narcóticos”, explica Oswaldo Zamudio, médico anestesiólogo de TecSalud.
La naloxona bloquea los receptores que impide que los narcóticos continúen con su efecto. Por ejemplo, si un paciente siente dolor utiliza cierta droga, pero al administrarle la naloxona comenzará a sentir ese dolor de nuevo.
En la actual crisis de adicción al fentanilo, algunas organizaciones en Baja California se dedican a administrar ampolletas de naloxona a la población adicta, con el objetivo de que los adictos no sufran una depresión respiratoria. Incluso, algunos adictos portan consigo ampolletas.
Sin embargo, Zamudio explica que si bien hacer que el medicamento esté al alcance del público ayudaría a detener muertes, también es importante informar a la población de sus alcances.
“Hay que tomar con mucho cuidado esta esta iniciativa, yo no estoy en contra. El problema es que una persona narcotizada no puede actuar ella misma para poder automedicarse”, explica.
Además, la naloxona tampoco ayuda a eliminar la adicción a los narcóticos, solamente sirve para que la persona no deje de respirar, pero es necesario que otra persona consciente esté alerta para administrar cuanto antes el medicamento. Para el especialista, la naloxona es una solución momentánea en la que otros factores están en juego.
“¿Cuánto le costaría al sistema de salud? Una persona adicta cae en depresión respiratoria en su cuarto, alguien le habla al 911, llega la ambulancia y le ponen nalaxona. Luego los regresas a la calle y se vuelve a inyectar (narcótico) y vuelve a caer. Se vuelve un ciclo”, dice.
