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“Se debe explicar a gobiernos por qué es importante invertir en ciencia”

Susana Lizano, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, platica sobre los problemas económicos que enfrentan y lo que significa ser mujer científica.
Fotografía de una mujer científica usando lentes para ver y viendo el horizonte.
"Si es su sueño ser científicas, no deben dejarlo". (Foto: Alejandro Salazar)

Susana Lizano Soberón es astrofísica, especializada en el estudio teórico de la formación de las estrellas en nuestra galaxia. Estudió física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la maestría y doctorado en astronomía en la Universidad de California, Berkeley. Ahora, es la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

En México, es pionera en este tipo de investigación y ha hecho aportaciones fundamentales, reconocidas a nivel nacional e internacional, sobre cómo nacen las estrellas.

Fue una de las fundadoras del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM y, entre sus muchos reconocimientos, está ser la ganadora del Premio de Investigación Científica de la Academia Mexicana de Ciencias, el Premio a la Investigación Científica de la Sociedad Mexicana de Física, así como el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

Desde 2020, es presidenta de la AMC que, desde su fundación en 1959, solo ha tenido a ella y otra investigadora mujer como presidenta. Su antecesora es Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien ocupó el puesto de 2008 a 2009.

Durante el Tec Science Summit 2023 del Tecnológico de Monterrey, Lizano Soberón platicó con TecScience sobre los problemas que enfrenta la Academia por sobrevivir, lo que significa ser mujer científica y las lecciones de humildad que le ha enseñado la astronomía.

“La humanidad en el universo, es realmente un puntito. Tenemos la fortuna de tener un planeta que sostiene nuestra vida, si no, no estaríamos aquí platicando”.

Academia Mexicana de Ciencias y su lucha por sobrevivir

¿Qué significa para ti ser la segunda presidenta mujer de la Academia Mexicana de Ciencias?

Puedo decir que es un gran honor y una gran responsabilidad serlo. Es un momento especial, porque la Academia ha tenido muchos problemas financieros, entonces, creo que eso es lo que va a marcar mi periodo, el tratar de que la Academia sobreviva a pesar de estos problemas financieros.

En las redes de internacionales ya es muy común que tengan presidentes y presidentas, hombres o mujeres. Es un techo de cristal que se rompe. La primera presidenta, que fue la doctora Rosaura Ruiz, representó algo importante, es aceptar que tiene que haber diversidad en todos lados.

En este momento lo importante es que la Academia, que representa un grupo de investigadores consolidados del país, permanezca en sus funciones, es lo que estamos tratando de hacer.

Actualmente represento a un conjunto de investigadores de todas las áreas de México y esa representación es importante. Es importante, también, que se explique a los tomadores de decisiones en el gobierno y la industria por qué es importante invertir en la ciencia.

Se trata de impulsar la ciencia, eso es lo que hace la AMC, en todos los ámbitos, desde la educación de buena calidad, los investigadores jóvenes y los investigadores consolidados.

¿Cómo llegaste a hacer investigación, hubo mujeres que te inspiran a ser científica?

No fue así, realmente creo que había pocas mujeres científicas. A mí me gustaban la física y las matemáticas, por eso entré a la Facultad de Ciencias [UNAM]. Debo decir que tampoco sabía en qué área de la física me iba a especializar y ya cuando elegí astronomía, curiosamente en el Instituto de Astronomía, había una cantidad considerable de mujeres, como un 30%, que es algo poco común en las ciencias duras. Pero no fue por tener una figura o modelo que seguir, si no fue por mi interés en la física y las matemáticas.

¿Qué te ha enseñado la astronomía sobre la humanidad?

Cuando pensamos en la humanidad en el universo, tan vasto, pues, somos realmente un puntito y tenemos la fortuna de tener un planeta que sostiene nuestra vida, porque, si no, no estaríamos aquí platicando.

Y así como hay este planeta, pues seguramente va a haber miles de millones de planetas en algunos otros lugares. Los astrónomos pensamos que puede haber algún tipo de vida, no como la de aquí, pero seguramente la hay. Realmente es maravilloso que uno pueda estudiar el universo, estudiar la naturaleza, ya bajándonos a la Tierra, y ver cómo funciona.

Cuando uno se da cuenta de la humanidad, incluso comparada con la escala de la misma Tierra y con las fuerzas de la naturaleza, que pueden ser muy poderosas, aprende sobre humildad.

Creo que en cuanto uno más estudia, más se da cuenta de lo que no sabe y de lo maravilloso que es cómo funciona, tanto el universo, como la naturaleza, y yo creo que eso es una lección de humildad.

Si la gente fuera más consciente de esto que digo, ¿qué sentido tiene pelearse por una u otra religión?, ¿qué sentido tiene pelearse por poder político o por hacer que nuestros vecinos opinen igual que nosotros? No tiene sentido. Ya de por sí que haya vida en nuestro planeta, que se haya desarrollado la inteligencia es bastante interesante y por eso estamos aquí, pero toda esa destrucción. Por ejemplo, la guerra en Ucrania, ¿qué sentido tiene?

Esa es la humildad, el no tener la respuesta a todo, el tener las ganas de conocer.

Más mujeres en la ciencia

Hablando sobre las mujeres en carreras STEM, ¿qué crees que tenemos que hacer para seguir impulsando este progreso?

Hicimos un estudio en la Academia Mexicana de Ciencias en donde veíamos que, en las licenciaturas de ciencia, en las maestrías, en los posgrados ya hay igualdad de números entre hombres y mujeres. Entonces, ¿por qué cuando terminan un doctorado las mujeres se desaniman de seguir adelante en una carrera de investigación?

No creo que sea cuestión de números en este momento. Se están graduando en doctorado muchas mujeres, pero cualquier carrera, no nada más en ciencia, va a exigir tiempo, compromiso, esfuerzo y, a veces, yo creo que todavía existe en la sociedad mexicana una educación que hace que la mujer se sienta responsable de la familia.

Yo les sugeriría a las mujeres jóvenes que busquen un compañero con el que compartir esa responsabilidad, cada vez sucede más, pero creo que lo importante es eso, buscar todos los apoyos posibles para poder seguir desarrollando esta carrera, si les apasiona hacerlo.

Por ejemplo, una carrera científica −ahora− pide que se haga un posdoctorado, de preferencia en otro país, para que vayan a otros laboratorios, para que vean cómo se trabaja para que hagan redes de colaboración internacionales. Eso no debe detener a las mujeres en su camino. Si quieren hacerlo, pues que continúen y que no se asuma una responsabilidad familiar que, yo creo, debe ser compartida.

¿Para ti ha sido posible combinar la vida académica con la vida familiar?

Sí, tengo un esposo muy bueno, es matemático. Los matemáticos tienen fama de ser muy buenas parejas y −en mi caso− es absolutamente cierto, siempre me ha apoyado y me ha permitido dejar las responsabilidades familiares para hacer actividades académicas y, después, regresar y retomar las actividades familiares y apoyarlo a él. Yo, por eso, creo que es muy importante.

Hay otras medidas que se pueden tomar también, por ejemplo, tratar de tener apoyos para la maternidad en las instituciones de investigación y educación.

En el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) existen guarderías. Yo tengo una amiga que trabaja el Cinvestav, tiene un niño pequeño y lo deja en la guardería y puede trabajar todo el día y sabes que está ahí cerca para cualquier emergencia. Esto sería muy bueno, sé que es costoso, pero es algo que ayudaría mucho a todos, tanto a las mujeres, como a sus familias.

Otra cosa que sería importante es que las mujeres jóvenes pudieran ver a gente que ha hecho carrera en esto y que ha podido combinar las cosas. Yo les diría que no es fácil, pero ¿qué es fácil en la vida?

Si es su sueño, no deben dejarlo.

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Autor

Inés Gutiérrez Jaber