Las redes sociales son un reflejo de sus usuarios y hay muchos perfiles en las plataformas que promueven diversos tipos de mensajes. Algunos positivos y otros negativos. Pero ¿cómo afecta el Instagram a las jóvenes?
El 14 de septiembre pasado, el diario estadounidense, The Wall Street Journal publicó que funcionarios de Facebook, compañía dueña de Instagram, realizaron una investigación interna en marzo de 2020 y descubrieron que esta plataforma es dañina para la imagen corporal y el bienestar de las mujeres jóvenes, pero decidieron ignorar estos hallazgos.
Gabriela Sued, doctora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey, en entrevista, advierte que no hay un solo Instagram.
Dice que, si bien es cierto que las redes sociales promueven ciertos modelos de belleza, también han sido fundamentales para la conquista de los derechos de las mujeres o la propagación de mensajes contra la eliminación de la violencia de género.
“Hay un tipo de Instagram que a las jóvenes adolescentes les produce bastante conflicto acerca de sus propios cuerpos y su autopercepción”, explica Gabriela Sued.
La especialista en cultura digital añade que la plataforma “tiende a imponer ciertos modelos de belleza de una manera muy compleja mediante recursos como likes, la promoción de productos de belleza y moda, el uso de filtros y la cuantificación de seguidores”.
También es cierto que hay ciertos cuerpos que se exhiben demasiado y no reciben la censura de la red frente a otros, como cuando una mujer amamanta.
Este tipo de problemas se han documentado desde la academia, desde hace al menos cinco años.
¿Cómo afecta el Instagram a los jóvenes? No, no son las top models
Las culturas mediáticas siempre promueven modelos estereotipados de belleza lejanos a sus usuarios. Se ha visto en la publicidad, los concursos de belleza o en conductoras de televisión sexualizadas y objetivizadas para atraer rating.
Gabriela Sued explica que, en este caso, las adolescentes no se equiparan todo el tiempo con las top models. La diferencia fundamental −y donde radica el problema− es cuando se comparan con sus compañeras.
Es donde se dan los problemas de autoestima, como los que señala The Wall Street Journal; la misma Sued documenta con sus estudios sobre lo que está ocurriendo con las mexicanas.
“Las jovencitas suelen compararse con la imagen construida en Instagram por sus pares. Ahí es donde se lastima, porque no se autoperciben en un nivel de equidad”.
“Se pasan con los filters”
¿Por qué ocurre esto? Las chicas están inmersas en este modelado que hace la propia plataforma a partir de los filtros, maquillaje, poses, etcétera.
La literatura académica documenta que, muchas veces, las jovencitas no distinguen que las fotografías llevan un filtro de belleza.
“Es aconsejable evitar las miradas comparativas, entender que las fotografías son construcciones tecnológicas y no equivalen a la realidad. Las chicas deben valorar su propio cuerpo para evitar angustias o mayores problemáticas”, dice Sued.
A las mexicanas también les pasa
La investigadora argentina radica en México e imparte clases en la maestría de Humanidades Digitales del Tec. Y ella misma ha comenzado las investigaciones de cómo los filtros y la comparación a través de Instagram afectan a las mexicanas.
En un primer sondeo exploratorio, le preguntó a 60 personas, madres de familia, si habían sentido disgusto, ansiedad o depresión debido al tipo de cuerpos o filtros de belleza que Instagram usa en sus perfiles.
21.7% respondió afirmativamente (se trata de respuestas de mujeres adultas), 36.7% respondió no y 41.7% dijo que le ha sucedido a alguien cercana (en este caso una hija).
Se cuestionó también el rango de edades de las personas que experimentaron problemas emocionales en relación con las publicaciones en esta red social: 51 personas respondieron que 52.9% tenía entre 13 y 18 años de edad; 39.2% de 19 a 24 años de edad y solo 8% eran mujeres adultas.
Otra pregunta fue: ‘¿cómo definirías la sensación?’ En este caso, se recibieron 46 respuestas con los siguientes resultados: 37% dijo sentir ansiedad por un tiempo, pero controlable; 39.1% respondió sentir disgusto ocasional y 23.9% experimentó depresión por un tiempo tan prolongado que requeriría apoyo terapéutico.
Construir una cultura digital
No hay que esperar cambios sustanciales en las políticas de Instagram y usos que promueven estas redes sociales, señala la especialista.
Estas plataformas monetizan el clickbait, likes y compartidos; se han distinguido por ser opacas cuando se les realizan solicitudes de transparencia.
Gabriela Sued, quien realiza una estancia posdoctoral de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que estas empresas se caracterizan por las prácticas de ofuscación, lo que quiere decir que no ocultan sus políticas de privacidad y sus normas, pero las incluyen en textos tan largos e incomprensibles que nadie puede llegar a ellos.
Explica que los usuarios deben aprender buenas prácticas y éstas no vienen incluidas en ninguna plataforma.
“Nos queda la literacidad digital o enseñanza crítica de las prácticas digitales para construir una convivencia en las redes saludable”.
Desde la universidad y entornos familiares hay que generar un diálogo y la investigación académica puede identificar estrategias que usan las personas que sí pueden gestionar su identidad y estima digital con el objeto de promoverlas con aquellas personas con dificultades.
Los siguientes pasos
Las doctoras Maricruz Castro Ricalde y María Concepción Castillo González, de la Escuela de Humanidades y Educación de varios Campus del Tec de Monterrey, lideran un proyecto de investigación que tiene por finalidad trabajar en talleres vivenciales y experienciales la autorrepresentación de las chicas mexicanas en Instagram.
Gabriela Sued es integrante de este proyecto que se llama Autorrepresentación en Instagram y los riesgos para las jóvenes mexicanas.
“Se busca comprender cómo reciben las adolescentes las fotografías que ven y cómo producen las fotografías que publican y, en esa convergencia, identificar qué riesgos existen para ellas y encontrar estrategias para superar esos riesgos”, dice.
Mientras, Facebook respondió a las acusaciones de los documentos dados a conocer. Nick Clegg, vicepresidente de Asuntos Globales de la empresa, dijo en un comunicado que es falso que Instagram ignore –deliberadamente– sus propios estudios.
“La verdad es que la investigación sobre el impacto que las redes sociales tienen en las personas todavía es relativamente incipiente y está evolucionando”, agregó.