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Cuando la pérdida de lengua también deja hambre: una investigación en Amealco

Un proyecto ético entre los habitantes de este municipio analiza las causas de la inseguridad alimentaria y si se trata de un reflejo de más comunidades en México.
pérdida de lengua también deja hambre
El estudio explica que el abandono de la milpa, donde se cultivan distintas plantas al mismo tiempo, es otro factor que contribuye a la falta de acceso a comida nutritiva. (Foto: Getty Images)

Desconfianza, fue la primera reacción de los líderes comunitarios de Amealco, Querétaro, frente al grupo de estudiantes del Tecnológico de Monterrey que se acercó a ellos para una investigación. Sus experiencias previas con científicos que extrajeron conocimiento de ellos y sus tierras sin regresar nada a cambio, fue lo que marcó ese primer encuentro.

Los estudiantes de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno Valentina Muhlia, Nadia Alexandra, Ilyan Valdivia y Sergio Alejandro, fueron seleccionados para realizar un estudio de The Reach Alliance, un consorcio entre 10 universidades de distintos países para producir investigaciones con impactos reales en comunidades difíciles de alcanzar, ya sea por sus condiciones geográficas o sociales.

Paola Abril Campos Rivera, profesora e investigadora de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec, fue la mentora, al contar con experiencia en la implementación de políticas públicas para mejorar la salud a nivel global. Ella sugirió enfocarse en Amealco, Querétaro para un proyecto sobre inseguridad alimentaria.

Por su parte Ilyan, al darse un clavado en los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para entender la situación en esta comunidad, encontró que el 44.8% de la población sufría inseguridad alimentaria. Esta cifra los colocaba como el municipio con peor acceso a comida nutritiva en todo el estado.

Además, halló que Amealco es la segunda comunidad con mayor concentración de personas indígenas de Querétaro. La mayoría de ellas pertenecientes a la nación Hñäñho, comúnmente conocida como Otomí. De hecho, el 59.57% de los hablantes de hñäñho de todo el estado viven en este municipio.

Coautoría frente la ciencia extractivista

Para Valentina, Nadia, Ilyan y Sergio, los datos que encontraron sobre el municipio queretano eran un reflejo de lo que vivían otras comunidades mayoritariamente indígenas del país. Sin embargo, las estadísticas no eran suficientes para entender las razones por las cuáles las personas indígenas en México son más propensas a tener menos acceso a comida nutritiva.

Gracias al puente que hizo Nicole Hernández Puente, profesora de la Universidad Autónoma de Querétaro con Abril Campos, los cuatro alumnos pudieron presentar su propuesta ante el Comité Organizador de la Feria del Maíz de Amealco.

A la reunión, los estudiantes llevaron una serie de compromisos para garantizar a los líderes comunitarios que ellos no venían a hacer una ciencia extractivista, que era lo que ellos temían.

Esta forma de hacer investigación es caracterizada por la reducción de las experiencias y saberes de una población marginada a meros datos; los cuáles serán utilizados por los académicos para escribir sus estudios científicos. Después, estos papers son publicados en revistas científicas con un lenguaje inaccesible para la comunidad (muchas veces en inglés y tras muros de paga), excluyéndolos de cualquier beneficio que podrían haber obtenido de ese nuevo conocimiento generado a partir de sus propias experiencias.

Además del compromiso de regresar a Amealco con los resultados de su investigación, ellos se aseguraron de preguntarles qué era lo querían y necesitaban de este proyecto. “En ese diálogo, donde ellos estaban viendo por la integridad de la comunidad, fue que salió la idea de la coautoría. O sea, pasamos de decir, ‘vamos a reconocerlos o a dar un agradecimiento’, a decir ‘esta es también su investigación’”, explica Ilyan.

Pérdida de identidad ligada a inseguridad alimentaria

Con eso en mente, se plantearon una pregunta de investigación: ¿Por qué las personas de Amealco sufren de inseguridad alimentaria?

Lo que encontraron fue que la inseguridad alimentaria que sufren los habitantes de Amealco está ligada a la pérdida de su identidad cultural como personas indígenas. Por ejemplo, Nadia Alexandra explica que “hay muchas recetas que habían perdido. Recetas que ya no podían replicar porque estaban en hñäñho. Desde ahí es que van tan conectadas. Cuando se empieza a perder una, también afecta a la otra”.

Ella agrega que esa pérdida de conocimiento muchas veces ocurre cuando las generaciones más jóvenes rechazan su propia identidad indígena por miedo a la discriminación que podrían sufrir.

Sergio Alejandro añade que no sólo se van olvidando las recetas, sino también los ingredientes con las que se llevaban a cabo: “Cuando se va perdiendo la lengua, se pierde también la identificación de algunas especies nativas. Entonces, tanto desaparece la especie como desaparece la palabra, justo por el estigma”.

Abandono del campo mexicano y políticas públicas generalizadas

Además, en su estudio mencionan el abandono de la milpa, descrita en el estudio como una parcela de tierra donde se cultivan distintas plantas al mismo tiempo, como otro factor que contribuye a la falta de acceso a comida nutritiva.

Al no poder producir sus propios alimentos, la comunidad se vuelve dependiente de los alimentos ultraprocesados que encuentran en supermercados y tiendas de conveniencia.

Ellos ligan esta pérdida de la milpa al descuido del campo por parte del Estado, que privilegió el entorno urbano en aras del crecimiento económico y dio continuidad al proceso de mestizaje, donde las personas indígenas se ven forzadas a abandonar sus comunidades agrarias y su cultura para asimilarse al mundo urbano hispanohablante. Todo con tal de acceder a la promesa de desarrollo.

En 1997 se lanzó la política pública Progresa, donde se condicionó la entrega de dinero a personas a cambio de que asistan a la escuela. El objetivo de esta política pública era sacar a jóvenes de la pobreza extrema. Progresa se convirtió en Oportunidades y finalmente en Prospera hasta 2018. Sin embargo, los autores del estudio consideran que –de forma no intencional– esta política pública ha contribuido a vaciar al campo mexicano de su fuerza laboral.

En Amealco, los investigadores describieron otra medida pública fallida que ilustra la desconexión de las autoridades con las necesidades alimentarias de la comunidad: un programa de asistencia pública suministró alimentos basados en soya a las escuelas del municipio. Sin embargo, las y los alumnos no quisieron comer lo que les habían dado.

Valentina Muhlia explica que “desde un punto de vista científico la soya es buenísima para la política pública, tiene mucha proteína, es muy nutritiva, tampoco es muy cara y es fácil de transportar, pero eso fracasa completamente si no tomas en cuenta lo que las personas consideran nutritivas”. En su estudio, describen que las personas de la comunidad creen que un alimento es nutritivo cuando conocen su origen. Por eso, la soya no fue apetecible, pese a su conveniencia.

La Feria del Maíz: un lugar de intercambio de saberes, lenguaje y alimento

Por casos como este, una de las recomendaciones que ellos hacen es generar políticas públicas adaptadas culturalmente a las comunidades. Esto como alternativa a querer aplicar una sola solución para todas las regiones del país.

Además, proponen tomar en consideración las actividades que ya realizan las comunidades para fortalecer su producción de alimentos. Por ejemplo, cada año en Amealco se lleva a cabo la Feria del Maíz, en donde realizan distintas actividades culturales que incluyen el intercambio de semillas, comparten alimentos y presentan documentales en hñäñho y español.

Otras medidas que ellos recomiendan son el desarrollo de estrategias para mitigar las presiones de la crisis climática mundial y nuevas formas de desarrollo que no estén basadas en el modelo de urbanización.

Después de haber publicado este estudio, Valentina, Nadia, Ilyan y Sergio regresaron a Amealco para presentar todas estas conclusiones durante la Feria del Maíz. También tienen planes de entregarles un recetario para ayudar a mantener vivas sus tradiciones como nación Hñäñho.


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Autor

Picture of Roberto González