Empresas de base científico-tecnológica como Global Nano Additives, para el desarrollo de lubricantes industriales eco-friendly; Forma Foods, que fabrica carne de laboratorio; y Naddon, con tecnología para la encapsulación de medicamentos en nanopartículas inteligentes para una liberación controlada, son impulsadas desde la Dirección de Transferencia de Tecnología (DTT) para que puedan llegar al mercado. Hoy son parte del ecosistema de emprendimiento científico del Tec de Monterrey.
Joel Cano, director interino de la DTT, platica que el objetivo de esta dirección es funcionar como un mecanismo integrador para que el conocimiento que se genera dentro de la institución, por los 32 grupos —en las seis escuelas nacionales—, tres institutos y centros de investigación, y en los core labs, pueda traducirse en productos o servicios que representen soluciones para los grandes desafíos en el mundo.
”Integramos lo que se genera en el Tec y tratamos de buscar mecanismos institucionales que nos permitan llevar desde la protección, el desarrollo de esa ciencia y la generación de oportunidades de negocio a partir de la creación de conocimiento científico”, dice, “pero queremos que los emprendimientos no solo busquen rentabilidad, sino que también tengan impacto social real en temas como educación, salud, obesidad o sostenibilidad”.
A la fecha, la dirección ha impulsado el desarrollo de 28 spin-offs, es decir, emprendimientos que nacen dentro del Tec a partir de proyectos científicos y luego maduran hasta convertirse en startups independientes que mantienen un vínculo con la institución a través de licenciamiento o participación donde la inversión de recursos se convierte en acciones (Equity).

Dirección de Transferencia de Tecnología
En 2022, la Oficina de Transferencia de Tecnología —creada en 2010— se transformó en una dirección formal dentro del Tec, con nuevas funciones estratégicas para implementar un modelo de integración para generar emprendimiento de base científica y tecnológica.
Este modelo de transferencia de tecnología contempla tres rutas por las que la propiedad intelectual del Tec se puede traducir en soluciones reales con impacto social y de mercado: con la creación de una spin-off como nueva empresa independiente a partir de un proyecto científico del Tec y en la que la inversión se convierte en acciones; con licenciamiento directo, en el que se otorga a una empresa externa el derecho de usar esa tecnología, para generar ingresos por regalías o cuotas por uso; y a través de un codesarrollo, donde la institución y una empresa colaboran para generar tecnologías, esta última puede contratar científicos del Tec para que trabajen con su personal en la innovación o se pueden hacer convenios de propiedad intelectual compartida.
Cano explica que, en promedio, cada spin-off genera entre 2.5 y 3 licencias o registros de licenciamiento, es decir, son entre 70 u 80 generados solo por los emprendimientos de base científica-tecnológica.
Además, el modelo funciona mediante la colaboración con las direcciones asociadas de Inteligencia Tecnológica, de Business Development, de Desarrollo de Producto y Vinculación. Esta cooperación se lleva a cabo como un proceso institucional que se puede documentar y replicar, y que está conformado por tres fases:
Inteligencia tecnológica
En esta etapa se busca identificar en el portafolio de propiedad intelectual de la institución cuáles son los registros con mayor valor en el mercado, para tener probabilidades altas de éxito comercial. Hay una evaluación continua del valor de estos registros con base en fuentes de datos públicas y privadas y a cómo se alinean con las tendencias globales, por ejemplo, con temas de longevidad, inteligencia artificial o seguridad alimentaria. “Nos enfocamos más en los que tienen algún potencial de mercado y dejamos un portafolio activo y uno en espera”.
Se estima que, actualmente, el portafolio cuenta con alrededor de 686 registros de propiedad intelectual, de los cuales más de 300 están activos, es decir, tienen potencial real de uso o comercialización. Además, la DTT tiene una herramienta de vinculación temprana llamada Science Connexion, una plataforma con más de 2,500 perfiles científicos y no científicos que busca conectar soluciones con desafíos a través de retos.
Desarrollo de producto
Esta fase implica seleccionar los proyectos que tengan mayor potencial y darles apoyo a través de su aplicación a convocatorias internas y externas en las que pueden acceder a recursos con los que puedan comprobar su viabilidad y dar sus primeros pasos hacia una aplicación real. A partir de estos apoyos, pueden formular los productos viables mínimos (MVPs, por sus siglas en inglés) y hacer pruebas fuera del laboratorio. También, se trabaja en elevar su nivel de madurez técnica o TRL (por Technology Readiness Level) y se busca validar su modelo de negocio. El acompañamiento incluye asesoría técnica y de análisis financiero con firmas especializadas, “les ayudamos a determinar: oye, si hicieras un negocio con esta tecnología, ¿cuánto podrías llegar a vender?”.

Creación de emprendimiento
Es la última fase del modelo, donde la DTT acompaña a los científicos en la conformación de nuevas empresas en un proceso que incluye la estructuración legal del emprendimiento, definir la participación de los involucrados y firmar el licenciamiento de la tecnología. También, se invierte en ellas con apoyo financiero en especie —hasta 250,000 dólares en servicios especializados del Tec y de terceros— para que puedan escalar; esto se hace a través de una herramienta financiera interna llamada Ábaco, con la que la inversión se traduce en una nota convertible de deuda en Equity o acciones para la institución, a través de Tec Ventures, el área que administra su participación en las empresas. “Tenemos dos mecanismos de captura de valor: los ingresos que tenemos por licenciamiento y el Equity en las empresas. Tomamos una participación minoritaria de estas empresas en las que se invierte a través de Tec Ventures”.
Atracción de fondos de inversión y vinculación con ecosistemas internacionales
Para promover el escalamiento de los emprendimientos de base científica y tecnológica, la Dirección de Transferencia de Tecnología también se enfoca en atraer fondos de inversión a su ecosistema.
Eventos como el EBCTec: Spin-offs DemoDay & Industry Challenges han servido como escaparates donde las empresas científicas del tec pueden presentar sus soluciones ante inversionistas especializados nacionales e internacionales. Cano menciona que hasta ahora al menos cuatro de las spin-offs de la institución han logrado obtener financiamiento de fondos externos.
Otro de los avances para el ecosistema de emprendimiento científico del Tec ha sido formalizar vínculos con fondos de capital de riesgo como Draper Associates, Dalus Capital, Sentinel Capital Partners y GridX, entre otros. Esta colaboración, no sólo ha permitido obtener inyecciones de capital para las empresas, sino también ha significado acceder a mentoría especializada y acceso a redes globales.
Por ejemplo, en el último evento organizado por la DTT, en el edificio Expedition FEMSA, el Tec firmó un memorándum de entendimiento con Draper House Américas, un ecosistema internacional de capital de riesgo en Estados Unidos y Latinoamérica, para el desarrollo conjunto de programas de preparación internacional, donde los fondos exponen sus necesidades tecnológicas y los emprendedores desarrollan soluciones para atender esas demandas. “Estamos haciendo una iniciativa que le llamamos Draper Reverse Pitching, que es conocer a los fondos y que los fondos nos digan qué quieren”.
También, la DTT aprovecha los distritos de innovación, como el de Monterrey y Tlalpan, como espacios físicos estratégicos para operar su modelo y para promover la vinculación entre investigadores, emprendedores, fondos de inversión y la industria. Además, permiten la conexión del ecosistema de emprendimiento del Tec con otros hubs en el ámbito internacional.
Articulación para emprendimiento científico dentro del ecosistema Tec
Como parte de su modelo de transferencia de tecnología, la DTT también promueve una vinculación interna con otros actores e iniciativas clave dentro del Tec de Monterrey, en áreas estratégicas de innovación, académicas, de emprendimiento y conexión con la industria.
Por ejemplo, con el equipo de Tec R&D, iniciativa que se enfoca en identificar las necesidades que hay en la industria para conectarlas con las áreas de investigación de la institución. A partir de estos enlaces se pueden presentar las empresas científicas del Tec ante la industria y desarrollar proyectos de codesarrollo o de licenciamiento.
Con el Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera hay participación en etapas donde los proyectos científicos se transforman en spin-offs, como validación de negocio y proyección de mercado. También, en el lanzamiento de convocatorias para acceder a fondos y en actividades para visibilizar los emprendimientos en el ecosistema del Tec como los Demo Days y foros como el The Next Decade.
Además, con las escuelas nacionales se colabora en el diseño de retos temáticos según su especialidad, por ejemplo, con la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, se impulsa la convocatoria Health Pioneers; y con la Escuela de Ingeniería y Ciencias, desafíos relacionados a tecnologías digitales. Cano también destaca la participación activa con comunidades de innovación, por ejemplo, de la EGADE Business School, donde se crean redes para intercambiar conocimiento y conectar proyectos con potencial de impacto.
A futuro, la DTT busca fortalecer su relación con fondos de capital de riesgo internacionales y ampliar su red de inversión. Por ejemplo, proyecta eventos internacionales con la participación de otros ecosistemas y promover espacios físicos para los fondos dentro de los distritos de innovación. Además, guiar al ecosistema de transferencia tecnológica para alinearse con las grandes tendencias tecnológicas y sociales, “lo importante es que la industria y los fondos de capital de riesgo encuentren en nosotros un socio que entiende hacia dónde van las grandes tendencias”.
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