Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en regiones como Latinoamérica, un número cada vez mayor de personas recurre a la automedicación, que se guía por comentarios de conocidos no médicos o información no verificada, ignorando a la ciencia detrás de la toma de decisiones.
Giordano Pérez, director del Centro Asociado Cochrane Hospital Pediátrico de Sinaloa y subdirector de la Red Cochrane Iberoamericana, además de dirigir la colaboración Cochrane en México, asegura que la información científica se ha vuelto cada vez más necesaria para tomar decisiones correctas en el cuidado de la salud.
Este es el objetivo de la colaboración Cochrane, fundada en 1993 en Oxford, Inglaterra, por un pequeño grupo de investigadores que, desde entonces, agrupa y proporciona información precisa y confiable mediante resúmenes accesibles para todos.
Toma de decisiones, basada en información científica
Pérez explica que la esencia de esta colaboración radica en la participación de equipos voluntarios de investigadores que no reciben fondos de la industria, con el fin de salvaguardar la integridad y objetividad de la información.
Todo esto se realiza con la premisa de hacer accesibles los documentos e investigaciones más recientes, para que gobiernos, organizaciones e incluso los propios pacientes que visitan a sus médicos puedan obtener la información más actualizada y validada.
“Las personas que trabajamos en la ciencia entendemos lo importante que es la toma de decisiones basada en una investigación, no por una experiencia personal de alguien que diga que un tratamiento haya servido”, menciona.
Pérez explica que, en ocasiones, las personas pueden mejorar independientemente de la toma de algún medicamento, gracias a su organismo. Por lo tanto, tomar un medicamento recomendado por alguien puede no tener un impacto real en la mejora del paciente, aunque pareciera que fue la razón de su mejora y esto provoca desinformación más adelante.
Incluso, la mente puede convencer a las personas de que se sienten mejor después de un tratamiento, remedio o acción; sin embargo, esto es conocido como un efecto placebo y dificulta conocer la efectividad de estos hechos.
La necesidad de enfocar esfuerzos a regiones y poblaciones específicas
Un aspecto destacado por el investigador es la necesidad de adaptar la evidencia científica a las posibilidades de cada región, donde podría haber o no diversos tratamientos y medicamentos, así como predisposiciones de la población a enfermedades o condiciones.
Pérez, egresado del Tecnológico de Monterrey, señala la importancia de centros especializados como el recién inaugurado Centro de la Primera Infancia en colaboración entre la Fundación FEMSA y La Triada, conformada por el Tec de Monterrey, la Universidad de los Andes de Colombia y la Pontificia Universidad Católica de Chile.
“Es el primer acercamiento que tenemos como Cochrane en México con el centro, la idea es que este centro que genera investigación en el área se pueda apoyar de colaboraciones como esta”, señala.
Este centro busca generar conocimiento que pueda incidir en la creación de políticas públicas y acciones que mejoren la forma en que se vive la primera infancia en la región latinoamericana, entendida como el periodo de desarrollo del cerebro del niño desde su nacimiento hasta los cinco años de edad.