Por Helen Yarimet Lorenzo-Anota, Antonio Sancén Moreno, Omar Lozano
En la constante búsqueda de fármacos para el tratamiento de la obesidad, recientemente ha emergido una molécula prometedora: cannabidiol o CBD. Su potencial aplicación en el tratamiento de la obesidad surgió debido a su capacidad para actuar como una terapia efectiva sin los efectos psicotrópicos que caracterizan a otras sustancias derivadas de la planta Cannabis sativa.
El interés por el uso del CBD se basa en su estrecha relación con el sistema endocannabinoide, uno de los principales sistemas de comunicación celular del cuerpo. Esta compleja red de señalización desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo y de funciones fisiológicas esenciales, como el apetito y el equilibrio energético. (1)
Esta relación es lo que ha atraído la mirada de más de un grupo de científicos para la aplicación del CBD en el tratamiento de la obesidad y plantea una pregunta crucial: ¿Existen alternativas inexploradas con un potencial aún no aprovechado en el CBD?
Obesidad y CBD
En el Institute for Obesity Research se lleva a cabo una línea de investigación centrada en estudiar los efectos del CBD sobre las células que conforman al tejido graso o tejido adiposo, profundizando en las características moleculares y funcionales de los organismos.
Los principales hallazgos de la investigación han demostrado que el CBD modula la expresión de genes asociados a mejorar la función de las células que conforman al tejido adiposo, es decir, favorece el manejo de las grasas al regular la producción de triglicéridos y atenuando la inflamación. Se trata de efectos observados en los protocolos de investigación, pero aún no se han estudiado en relación con el uso de productos comerciales.
Esta investigación en curso sustenta la aplicación del CBD para tratar la obesidad y abre dos campos de estudio: ¿Cómo responden las células que comprenden al tejido adiposo cuando se estimulan con CBD? y ¿cómo podría repercutir esto en el tratamiento de la obesidad?
Al tratar la obesidad debemos reducir la grasa del cuerpo —aclarando que la grasa es necesaria para la vida, pero frente a una enfermedad como la obesidad es necesario reducirla—. Esto puede lograrse mediante estrategias, como la eliminación de las células que conforman al tejido (induciendo muerte celular), inhibiendo su proliferación o modulando el proceso de diferenciación para mejorar su función.
ABC de la obesidad
Nuestra investigación busca aportar al conocimiento de la señalización del tejido adiposo por medio del estudio en adipocitos blancos, células especializadas en almacenar energía en forma de grasa que desempeñan un papel crucial en el metabolismo y la regulación energética del cuerpo, y que constituyen 90% del tejido adiposo.
El 10% restante de ese tejido está compuesto por otras dos entidades: los preadipocitos y los macrófagos, donde los primeros son las células precursoras de los adipocitos, y los últimos son células del sistema inmunológico implicadas en la defensa contra infecciones, la regulación de la inflamación y la reparación de tejidos.
Nuestros resultados demostraron que, posterior a tres días de exposición al tratamiento con CBD a los preadipocitos y a los adipocitos, éstos no mostraron afecciones ni en su viabilidad ni en su proliferación.
Esto sumado a que nuestro estudio muestra que el CBD influye en la acumulación de gotas lipídicas, uno de los principales indicadores de acumulación de grasa; así como de triglicéridos, el tipo de grasa más común en el cuerpo; además de aumentar los genes expresados en adipocitos pardos como PPARγ y PGC1α.
Ojo: los adipocitos pardos o marrones tienen ese color por su alta concentración de hierro y a diferencia de los blancos, que acumulan energía en forma de grasa, éstos tienen la capacidad única de generar calor, por lo que son fundamentales para la regulación de la temperatura corporal y el metabolismo energético.
Anotado esto, el hallazgo apunta a que el aumento de estos genes PPARγ y PGC1α, las células cambian su función en donde mayoritariamente utilizan los triglicéridos para generar calor, es decir, favorece el gasto calórico. Esta nueva función se distingue por su alta capacidad para utilizar los lípidos en comparación con los adipocitos blancos, con el propósito de generar más energía que se manifiesta en forma de calor. (2)
Esto indicaría que el CBD es una molécula que promueve que las células del tejido graso utilicen las grasas de forma más efectiva y así favorecer la pérdida de peso.
El controversial Cannabis
Otros grupos de investigación también han demostrado las propiedades moduladoras del CBD que podrían influir en la pérdida de peso, especialmente debido a que estimula la utilización efectiva de grasas y lípidos. (3)
Actualmente, el CBD ha sido objeto de prominentes investigaciones que han explorado sus efectos en el alivio del dolor crónico e inflamación en pacientes con artritis, en pacientes con cáncer y en el tratamiento de la depresión y la ansiedad. (1,3)
A pesar de que diversas investigaciones clínicas han confirmado la eficacia del CBD, hasta ahora, pocos medicamentos usan este extracto. Uno es Epidiolex, (1,4) que ha demostrado avances significativos en ensayos clínicos, especialmente en el tratamiento de convulsiones (4) y los nabiximoles, específicamente el Sativex, una combinación de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol que ha mostrado una buena respuesta en el manejo del dolor crónico en pacientes con neuropatía y cáncer (5).
A pesar de que históricamente nuestro país ha mantenido la cultura médica naturista o herbolaria, las aplicaciones clínicas del CBD siguen siendo limitadas, debido a que proviene de una planta rodeada de controversia, por lo que se han generado opiniones y perspectivas diversas que han frenado sus aplicaciones.
Esto llevó a que después de varias revisiones de estudios científicos, en 2017, en la Ley General de Salud, México aprobará el uso de cannabis con fines medicinales y científicos (6). Lo anterior refleja una apertura para estudiar moléculas con potencial terapéutico, entre otras aplicaciones como en obesidad.
La obesidad es un desafío preeminente en la salud del siglo XXI y está catalogada como epidemia por varias organizaciones. En México, 81.0 % de la población adulta ha experimentado obesidad abdominal, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2023. Esto se traduce en un costo que sobrepasa la capacidad del sistema de salud en nuestro país.
El abordaje actual para tratar la obesidad es multidisciplinario, pero centrado en inducir cambios en la composición corporal del paciente, que incluye esencialmente el tejido adiposo. Estas opciones también incluyen abordajes motivacionales para modificar conductas y estilo de vida, intervenciones farmacológicas que afectan el metabolismo o la digestión, y procedimientos quirúrgicos que alteran la anatomía para limitar el consumo calórico. (7)
Aunque estos métodos han tenido ciertos logros, no han sido completamente eficaces en frenar la obesidad a nivel mundial. Estas estrategias aún se enfrentan a grandes desafíos, como las terapias no invasivas que son efectivas pero muy lentas y con posibles efectos secundarios incómodos que van desde dolor de cabeza hasta la adicción o problemas cardíacos.
Mientras que los tratamientos quirúrgicos son rápidos, pero con efectos no deseados como la restricción alimenticia o gastritis crónica que limitan su aceptación generalizada. Además, estos esquemas se ven importantemente limitados por los aspectos sociales que lo acompañan. Por ello, nuevas estrategias se han diseñado para combatirlo desde la regulación de los componentes celulares que conforman el tejido adiposo como lo hace el CBD.
A pesar de los prometedores resultados que proporciona el CBD en modelos celulares de laboratorio, aún estamos aproximándonos a su posible aplicación en adultos para ensayos clínicos en el tratamiento de la obesidad, y si éstos son positivos, podrían abrir la puerta como alternativa en el tratamiento de la obesidad, una enfermedad que se puede presentar en distintas etapas de la vida, incluso desde la infancia, y que es multifactorial.
Las propuestas de investigación a seguir averiguando distintos tratamientos de la obesidad, en etapas tempranas, contribuyen a buscar soluciones a las repercusiones socioeconómicas asociadas con esta enfermedad.
Referencias
1. Corroon, J., & Felice, J. F. (2019). The Endocannabinoid System and its Modulation by Cannabidiol (CBD). Alternative Therapies in Health & Medicine, 25.
2. Le Foll, B., Trigo, J. M., Sharkey, K. A., & Le Strat, Y. (2013). Cannabis and Δ9-tetrahydrocannabinol (THC) for weight loss?. Medical hypotheses, 80(5), 564-567.
3. Parray, H. A., & Yun, J. W. (2016). Cannabidiol promotes browning in 3T3-L1 adipocytes. Molecular and cellular biochemistry, 416, 131-139.
4. Abu-Sawwa, R., Scutt, B., & Park, Y. (2020). Emerging use of Epidiolex (cannabidiol) in epilepsy. The Journal of Pediatric Pharmacology and Therapeutics, 25(6), 485–499.
5. Boivin, M. (2021). Nabiximols (Sativex®). In: Narouze, S.N. (eds) Cannabinoids and Pain. Springer, Cham.
6. SECRETARIA DE SALUD.Ley General de Salud y del Código Penal Federal. DIARIO OFICIAL. https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lgs/LGS_ref107_19jun17.pdf
7. Martínez Atienzar LI, Jiménez Espinosa A, Tarraga Marcos L, Madrona Marcos F, Tárraga López PJ. Obesidad: una epidemia en la sociedad actual. Análisis de los distintos tipos de tratamiento: motivacional, farmacológico y quirúrgico. JONNPR. 2019;4(11):1112-54. DOI: 10.19230/jonnpr.3209
Autores
Omar Lozano. Profesor-Investigador del Institute for Obesity Research, y de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey. Su investigación se centra en el desarrollo de materiales avanzados eficientes y seguros para la administración de compuestos terapéuticos y de diagnóstico para enfermedades cardiometabólicas. Es autor de 46 artículos científicos y de divulgación (índice h: 20), 4 patentes y 2 capítulos de libros. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores nivel 2 (México) y Chargé de Recherche (Bélgica). Como emprendedor, es cofundador de una empresa y una startup dedicada al avance de las terapias de próxima generación.
Helen Yarimet Lorenzo Anota. Doctora en Ciencias en Inmunobiología, UANL. Actualmente, investigadora postdoctoral en el Institute for Obesity Research, Unidad de Bioingeniería y dispositivos médicos, en el Tecnológico de Monterrey. Su línea de investigación es el desarrollo de novedosos sistemas para la entrega eficiente de moléculas con actividad anti-obesogénica, en modelos in vitro. Particularmente, sobre células derivadas de tejido adiposo incluyendo preadipocitos, adipocitos y células del sistema inmune. Es autora de 7 artículos científicos, 6 como primer autor (índice h 4). Miembro de Sistema Nacional de Investigadores nivel I desde 2023.
José Antonio Sancén Moreno. Médico cirujano, graduado de la generación de Medicina de la UVM, 2022. Diplomado en Sexualidad Humana y en Manejo Óptimo en Pacientes con Diabetes, por la Universidad La Salle. Experiencia en instituciones de prestigio como el Swiss Hospital, Ginequito, y The Institute for Obesity Research, Tecnológico de Monterrey. Actualmente es médico privado en el Centro Médico Sancén.