La forma en que gestionamos los recursos naturales no es sostenible. Nuestra incapacidad para abordar decisivamente la crisis climática global constituye el legado de nuestra generación y, lo que es más importante, pone en peligro nuestra capacidad de crear un mundo más justo y equitativo, dice Edmundo Molina, investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey.
El investigador propone crear herramientas de sistemas de soporte de decisiones, cuyo objetivo es analizar los distintos caminos que existen al tratar de resolver un problema.
“Estamos esperando a que algo pase, pero no sabemos cómo contribuir. Propongo desarrollar herramientas que nos permitan como consumidores, empresas privadas y gobierno identificar dónde están las acciones más costo-beneficiosas para contribuir contra el cambio climático”, explica en entrevista con TecScience.
Para el especialista en ciencia de datos, es claro que la evidencia científica demuestra que la actividad humana está acelerando el calentamiento global, pero el problema es que nadie sabe por dónde comenzar.
“Necesitamos que muchos puntos de acción estén operando. Que los consumidores decidamos usar menos el automóvil, comer menos carne, que las empresas decidan electrificar los usos industriales y que el gobierno incentive estas prácticas”, dice.
Ciencia de datos vs el cambio climático
En un artículo publicado en la revista Nature sobre la necesidad de estas herramientas, Molina argumenta que −actualmente− se tiene acceso a información y datos sin precedentes sobre el cambio climático, los cuales están disponibles en plataformas como la de Climate Watch y el proyecto de Climate Trace.
«Acelerar la acción climática requiere aprovechar el poder de las herramientas de apoyo a la toma de decisiones de nuevas maneras. Esta visión no se puede hacer realidad sin científicos computacionales interdisciplinarios que sean capaces de integrar conocimientos de las ciencias ambientales, sociales y cognitivas», señala.
Las herramientas que el investigador propone, estarían −precisamente− alimentadas por bases de datos similares, con los que se podrían tomar decisiones para problemas en específico derivados del cambio climático.
“Cada problema es específico y para cada problema hay que diseñar una herramienta específica. No se trata de tener tres grupos de investigación en el mundo, la demanda es mucho más alta. Se requieren ejércitos que sepan hacer herramientas de manera rigurosa”, asegura.
El grupo de investigación de Molina ya ha elaborado herramientas similares para guiar, por ejemplo, al gobierno chileno a descarbonizar su economía.
“Se plantearon preguntas sobre qué tipo de combinaciones tendrían que hacerse en materia de regulaciones, inversiones e infraestructura que podrían ayudar a descarbonizar la economía chilena, pero generando beneficios económicos”, cuenta.
