Un nanolubricante para la industria automotriz y espacial; una investigación científica que estudia la relación entre la fragilidad de un país y el emprendimiento; además de una carrera de 35 años dedicados a la ciencia, fueron algunos de los logros que se reconocieron en la edición 2023 del Premio Rómulo Garza.
Este año se premió a Arturo Molina Gutiérrez, Edgar Raygoza y José Ernesto Amorós quienes destacaron en sus campos del conocimiento y contribuyeron al avance científico y tecnológico. Además, se le dio el galardón a tres proyectos de estudiantes, en los niveles de preparatoria, profesional y posgrado.
La distinción es entregada entre el Tec de Monterrey y la empresa Xignux.
Una vida dedicada a la ciencia
Arturo Molina Gutiérrez ganó Insignia 2023, la principal categoría del Premio Rómulo Garza, por los logros y contribuciones a la ciencia durante 35 años en el Tecnológico de Monterrey.
Molina destaca como un líder en el campo de la ingeniería y la tecnología; hoy lidera el Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing, un espacio en el que, según sus propias palabras, buscan “crear los materiales del futuro”.
El investigador ha trabajado en temas fundamentales de la ingeniería, como los modelos de información para el diseño y fabricación de materiales, que se enfoca en varias etapas al mismo tiempo, en lugar de una fabricación secuencial.
Uno de sus logros más destacados es la creación de modelos de redes de colaboración que se basan en tecnologías de información, los cuales han sido financiados por organizaciones como IBM, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Unión Europea y ha colaborado en proyectos como el Laboratorio Binacional para la Gestión Inteligente de la Sustentabilidad Energética.
Sus investigaciones han ayudado en la creación del concepto de Sistemas S3 (Sensing, Smart and Sustainable).
“En el Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing hemos creado un concepto que llamamos materiales del futuro, buscamos que sean sociales y de acuerdo a las necesidades de las personas o industria, que puedan ser reciclados, reutilizables y compostables, sensibles, seguros e inteligentes”, explicó Molina.
También ha desarrollado modelos educativos como el concepto de “Open Innovation Laboratory”, y ha contribuido a la educación en ingeniería en instituciones dentro del país y en regiones como Costa Rica.
“La educación e investigación requiere de disciplina, pasión y amor. A las y los jóvenes les digo: en esta vida no hay nada más extraordinario que hacer lo que uno le apasiona y ama, hagan eso y nunca se arrepentirán, como yo nunca me he arrepentido”, dijo.
Nanoaditivos inteligentes
Durante sus estudios doctorales, Edgar Raygoza creó la empresa de base científico tecnológica Global Nano Additives, a partir del desarrollo de aditivos como lubricantes industriales utilizando nanofluidos.
Este tipo de aditivos se puede mezclar junto con el aceite tradicional, luego, las nanopartículas del aditivo se adhieren a los microporos del metal y crean una capa protectora frente a la fricción y el desgaste.
Además, tienen propiedades como estabilidad frente al calor, pueden usarse para el corte de metales y soportar hasta un 200% más de presión, en comparación con los lubricantes tradicionales.
Una de las innovaciones de esta tecnología es que son inmunes a la descomposición bacteriana, por lo que aumentan su rendimiento, o vida útil, en un 60%, evita generar olores y reduce el riesgo de irritación en la piel de los operarios.
Además, en el proceso de creación, se evitó el uso de aditivos convencionales basados en sulfatos, cloratos y fosfatos, buscando reducir el impacto ambiental al ser desechado.
Como fundador y director general de operaciones de su empresa, Edgar ha logrado el desarrollo e implementación de estrategias comerciales efectivas y estableció contratos comerciales con empresas de la industria automotriz y aeroespacial.
“El emprendimineto es el objetivo último de la investigación, el poder realmente tener un impacto. Te da una satisfacción muy grande cuando ves el resultado de tu investigación en la sociedad”.
La fragilidad de un país ocasiona mayor emprendimiento
La investigación de José Ernesto Amorós, llamada Necessity or Opportunity? The Effects of State Fragility and Economic Development on Entrepreneurial Efforts, ofrece una visión única sobre cómo la fragilidad de un gobierno y el desarrollo económico, influyen directamente en los esfuerzos empresariales en América Latina.
A diferencia de otros trabajos de investigación, este esfuerzo contempló información recopilada de 956,925 personas de 51 países en un periodo de 2005 a 2013, permitiendo capturar la interacción entre el contexto institucional y el comportamiento emprendedor a nivel individual, así como el desarrollo económico.
Los principales resultados indican que, cuando existe una fragilidad gubernamental, las personas tienen a acceder al emprendimiento por necesidad, más que por oportunidad, especialmente en economías menos desarrolladas.
El trabajo del investigador de la EGADE Business School, además de un impacto académico, ha tenido repercusiones en el ámbito de políticas públicas y el desarrollo empresarial.
De igual forma, ha sido utilizado como material de estudio y referencia en diversos contextos y ha contribuido en el debate sobre cómo fomentar un entorno más favorable para el emprendimiento en la región latinoamericana.
“Este es un reconocimiento a toda la comunidad de investigación, tanto del Tecnológico de Monterrey, de la Escuela de Neogocios y la EGADE Business School, quienes hemos hecho una propuesta muy importante de estudiar el fenómeno del emprendimiento y la innovación y su relevancia para el desarrollo económico y social de México y nuestras comunidades”, dijo.
Premios a la investigación de estudiantes
El galardón reconoce también a los proyectos de investigación hechos por estudiantes de los tres niveles educativos.
Los ganadores este año fueron José María Salvador Martínez, estudiante del Programa Bachillerato Internacional en PrepaTec, con su proyecto A Transformer-based Approach for Vulnerability Detection, que detecta con Inteligencia Artificial (IA) anomalías de ciberseguridad.
Este trabajo consiste en diseñar una red neuronal basada en la atención, capaz de detectar si un fragmento de código es vulnerable o no. Esto permitirá a los desarrolladores identificar y abordar las vulnerabilidades en las primeras etapas del ciclo de vida del desarrollo, ahorrando tiempo y esfuerzo al evitar la necesidad de retrabajo extenso y fortaleciendo la resiliencia general de los sistemas de software.
En profesional, la ganadora fue María Paula García estudiante de Ingeniería en Nanotecnología de Campus Monterrey. Su proyecto de investigación se titula Green synthesis of gold-based anisotropic nanostructures for their application as active SERS substrates for the detection of organic dyes.
Este proyecto aborda el problema de la contaminación causada por la industria textil, en particular, la falta de métodos de medición de residuos emergentes, colorantes (azul de metileno, verde de malaquita y violeta cristal) que afectan a los ecosistemas acuáticos.
La principal innovación de este proyecto de investigación se centra en la propuesta de sustituir los reactivos tóxicos por almidón y peróxido de hidrógeno (H2O2), los cuales actúan como agente estabilizante y reductor, que son amigables con el ambiente.
En Proyectos de Posgrado, la ganadora fue Fernanda Estibaliz Ibarra, estudiante de la Maestría en Ciencias de la Ingeniería de la Escuela de Ingeniería y Ciencias de Campus Monterrey.
Su proyecto de investigación es Harnessing the methanogenic potential of the organic fraction of municipal solid wastes generated in the Metropolitan Area of Guadalajara; las contribuciones técnicas y científicas del proyecto podrán utilizarse para generar nuevas políticas que promuevan un escenario energético más sostenible.
Además, su investigación demostró que a pesar de que se han establecido varias plantas de digestión anaerobia para tratar los residuos sólidos orgánicos urbanos en países en desarrollo de todo el mundo, aún se deben superar muchos desafíos para implementar esta tecnología como una estrategia de economía circular.