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La necesidad de hacer ciencia desde una perspectiva LGBTQI+

Profesores e investigadores del Tec de Monterrey hablan de la necesidad de hacer ciencia con perspectiva incluyente.
Hemisferios del cerebro humano gris izquierdo y color del arco iris cerebro derecho grabado en la ilustración de vista superior aislado sobre fondo blanco
Expertos explican que, el primer paso hacia un mundo equitativo, sería reconocer que las vidas no heteronormadas son igual de dignas, importantes e interesantes. (Ilustración: Getty Images)

Cada año durante el mes de junio, distintas ciudades alrededor del mundo se visten de arcoíris para celebrar el mes del orgullo LGBTQI+.

Sin embargo, “lo deseable sería que el mes del orgullo llevara a un cambio profundo en la mentalidad de los seres humanos que concebimos a la heterosexualidad como lo esperable o lo normal”, dice Nivardo Trejo, docente no binario, cuya labor de investigación se encuentra en la Escuela de Humanidades y Educación (EHE) del Tec de Monterrey, en entrevista con TecScience.

De acuerdo con Trejo, el primer paso hacia un mundo equitativo sería reconocer que las vidas no heteronormadas son igual de dignas, importantes e interesantes. Además, es necesario que existan personas de esta comunidad en todos los espacios de la humanidad, incluyendo la investigación científica.

“No tenemos investigadores queer que hagan investigaciones en términos queer y revindiquen estas vidas”, expresa Trejo. “Entonces, no tenemos patentes que impacten en las vidas queer, por ejemplo”.

Ciencia queer: una oportunidad que se está perdiendo

En 2019, Trejo concluyó su maestría en estudios de género con la cual se adentró en el mundo de la investigación científica queer. En su tesis, exploró la obra de los ilustradores Félix D’Eon, Fabián Cháirez, Wonkamon y Pierna Cruzada −radicados en México− que cuestiona las representaciones del género y la masculinidad hegemónica.

Al ilustrar el deseo homosexual, reimaginar y queerificar personajes de la historia mexicana, los autores plantean una masculinidad e identidad de género disidente que contrasta con los cómics occidentales más populares, como los de DC o Marvel.

“Yo era un niño muy lector, principalmente de cómics, y me di cuenta de que había una deuda importante, que yo no me podía sentir representade con nada de lo que veía en ellos”, expresa.

De acuerdo con Trejo, que estas ilustraciones circulen libremente en internet y sean presentadas en espacios −como el Museo del Palacio de Bellas Artes− tiene un potencial político, al propiciar diálogos que salgan de la heteronorma, abriendo paso a una sociedad incluyente y diversa.

El darse cuenta de que esas imágenes se distribuyen en internet, le llevó a investigar a las comunidades digitales queer como tema de su tesis de doctorado en estudios críticos de género, que defenderá en septiembre de este año.

Además, ha explorado las redes y prácticas de la comunidad ballroom mexicana a la que pertenece. Esta es una de las múltiples culturas LGBTQI+ donde los miembros bailan, hacen vogue, posan, actúan y modelan atuendos drag, entre otras cosas.

A su parecer, la poca investigación queer que existe alrededor del mundo significa una pérdida para la ciencia. “Podríamos empezar a pensar qué cosas nos estamos perdiendo, qué conocimientos no estamos mirando”, dice.

Esta idea también ha sido expresada en otros lugares, como el podcast Nature careers de la revista Nature, en donde en el episodio Ciencia diversificada: perspectivas queer sobre la investigación, dos científicos LGBTQI+ discuten cómo las distintas identidades sexuales y de género pueden impulsar y fortalecer la investigación al ofrecer perspectivas nuevas.

Más allá de un mes al año

Para Trejo, lo deseable sería que la visibilidad, inclusión y representatividad de la comunidad LGBTQI+ se extendiera más allá de solo un mes al año.

La experiencia de hacer investigación en términos queer le llevó a darse cuenta de que, en las aulas, su manera de presentarse ante sus alumnos había sido heteronormada. Fue por ello que, en 2021, decidió comenzar a impartir sus clases de Antropología del Cuerpo en vestimenta travesti.

A su sorpresa, la experiencia ha sido positiva en la mayoría de los casos y sus estudiantes han mostrado una gran apertura ante su decisión. “Les alumnes me reconocen, respetan y valoran mucho”, expresa. “Me he sentido más libre y apoyade por mis superiores, además de que empiezo a ver que les estudiantes pueden sentirse segures de contarme sus historias de vida”.

De acuerdo con Mariana Gabarrot, también profesora de la Escuela de Humanidades y Educación, con especialidad en estudios género, este tipo de acciones son las que se necesitan para que la representación de la comunidad LGBTQI+ sea accionable y efectiva.

“La apuesta por la visibilidad es importante porque a las nuevas generaciones les da referentes y les abre el panorama”, dice en entrevista con TecScience.

Al igual que Trejo, Gabarrot cree que el mes del orgullo es importante, ya que se concentran los esfuerzos de visibilidad y se celebran las vidas de una comunidad que ha sido oprimida, rechazada y discriminada históricamente por la sociedad.

Sin embargo, es importante poner atención a la popularización de la fecha ya que podría quitársele el sentido simbólico.

Para ella, el que las marcas o empresas se pongan un arcoíris no significa un cambio real. “Lo que tenemos que hacer es analizar sus políticas de diversidad, inclusión y contratación, así como las condiciones que ofrecen a las personas LGBTQI+”, reflexiona Gabarrot.

Sensibilización LGBTQI+ en el Tec de Monterrey

De acuerdo con la profesora, para alcanzar un cambio real necesitamos desarticular la relación que se hace entre lo normal, lo natural y lo bueno, que se ha utilizado en contra de la población LGBTQI+ al asumir que no ser heterosexual no es normal y por lo tanto es malo.

“La homofobia, lesbofobia y transfobia consiste precisamente en eso, en construir la heterosexualidad como la única forma de estar en el mundo”, dice.

Para contribuir al cambio, Gabarrot publicó recientemente su libro El ABC del género donde explica los conceptos detrás de la construcción del género.

Además, lidera el área estratégica de igualdad de género de la Escuela de Humanidades y Educación, donde se promueve abrir la conversación de temas de diversidad e inclusión tanto entre las y los estudiantes, como profesores e investigadores.

Dentro del Tec, también existe la Oficina de Diversidad e Inclusión, como parte del Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana. De acuerdo con Mayra Rodríguez, líder nacional de la oficina, el objetivo de esta es promover la diversidad y la inclusión de la institución.

“Nuestro gran propósito es empezar con el reconocimiento de la diversidad de nuestra comunidad para con ello garantizar su representación digna”, dice en entrevista con TecScience.

Para lograrlo, la oficina diseña estrategias, protocolos, pláticas, contenidos y guías para impulsar la cultura de la igualdad e inclusión y sensibilizar a la comunidad Tec.

La investigación de Trejo, el libro y el trabajo de Gabarrot, así como lo que hace la Oficina de Diversidad e Inclusión, son ejemplos de cómo todas las personas podemos formar parte del cambio y poner un granito de arena para alcanzar una sociedad diversa, incluyente, segura y justa.

“Creo que orgullo es una palabra potente en términos de que una persona pueda tener aprecio por sí misma cuando le han enseñado a que internalice el menosprecio”, reflexiona Trejo. “Que tú te cuides, que te protejas y te revalorices, ese es −en realidad− el orgullo”.

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Autor

Inés Gutiérrez Jaber