“La investigación es más que producir papers, más que producir artículos, es generar ese conocimiento que llegue a la sociedad”, dijo Jorge Valdez, director de Relaciones Estratégicas de TecSalud y editor científico de TecScience. “Y al mismo tiempo que sea un motor para producir más investigación y formar investigadores quienes van a repetir esta función”.
Valdez explicó la importancia de emprender proyectos de investigación desde la licenciatura, y no esperar hasta el posgrado para que los estudiantes comiencen a familiarizarse con este proceso.
Sobre este tema dialogaron en una mesa Jorge Valdez, quien también es médico egresado del Tec con especialidad de oftalmología y Nohemí Lugo, profesora de la licenciatura de comunicación y de la maestría en Humanidades Digitales, así como investigadora de Educación en la Escuela de Humanidades y Educación del Tec. Les acompañaron dos estudiantes de ciencias con experiencia en investigación y en sus procesos de divulgación.
Aprendizaje basado en retos en la investigación
En cuanto a los procesos de aprendizaje basados en retos aplicados a la investigación, Valdez comentó que este enfoque acerca el modelo educativo al presentar problemas que requieren del conocimiento para aportar una solución o mejorar condiciones y aprender a través de esa dinámica.
Por su parte, Lugo explicó que la investigación en humanidades y ciencias sociales está orientada a fenómenos sociales, culturales o políticos, y se enfoca en comprender las realidades de diversos grupos sociales.
“Es una investigación muy ligada a generar cambio social, a crear políticas públicas, innovación educativa, a lo mejor a procesos de paz, de equidad de género o de mayor calidad de vida para personas con discapacidad”, ejemplificó Lugo.
Abordar la investigación desde la pasión y curiosidad
Aunque Lugo coincidió en que los retos pueden resultar estimulantes, advirtió que también suponen desafíos emocionales y prejuicios hacia trabajar proyectos científicos.
“Por ejemplo, en los primeros días los alumnos lo sienten como algo aburrido (…) normalmente en los niveles anteriores no hemos enseñado desde la pasión y la curiosidad”, observó Lugo.”He trabajado varios años en ver cómo acercar la investigación de manera más motivacional, independientemente del reto –porque a veces también los retos son como que los impone alguien–”.
Una de las estrategias que le ha funcionado en clase es vincular los proyectos con problemas reales que inquietan al alumnado, ya sea desde su comunidad o a partir de una preocupación, indignación o inquietud personal de lo que les rodea.
“Lo que yo he descubierto enseñando primero métodos cualitativos a cuatro carreras y luego métodos de investigación en comunicación, es que performar la investigación y convertirse en científicos, lo que hace es que se quite la idea de [que es] aburrido, de ‘yo no puedo’ y que la liguen a cambio social”, precisó la profesora.
Generando un impacto desde el laboratorio
Emilio Venegas, estudiante de sexto semestre de Biociencias, comenzó a investigar desde la preparatoria con una tesis sobre sistemas biológicos en ratas. Gracias a esa experiencia, a los 21 años se integró a un proyecto de investigación en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud sobre cultivo de células para estudiar el cáncer de mama.
“Si me puedo introducir más a esta parte biológica donde se está generando un impacto, desde un laboratorio aunque no se trabajan con muestras de pacientes, podemos descubrir mecanismos detrás de las enfermedades y los tratamientos, así como su afectación a distintas moléculas o características de los tumores. La verdad a mí me pareció algo fascinante y aprendí muchísimo en todo este camino”, comentó.
Por su parte, Luisa Liceaga, estudiante de octavo semestre de Ingeniería en Alimentos, realizó recientemente una estancia de investigación en la Universidad de British Columbia, en Vancouver, enfocada en técnicas amigables con el medio ambiente para analizar la estabilidad de aceites comestibles.
“Tuve la oportunidad de hacer algunos experimentos por mi parte, y esto me dio la confianza en mí misma de poder proponer una hipótesis y un plan de experimentos y al mismo tiempo llevarlo a cabo”, contó Liceaga. “En mi caso me ayudó a convencerme aún más de aquello que pensaba que me gustaba y me ofrecieron estudiar mi posgrado en el mismo laboratorio”.
Importancia de la divulgación
Aunado a la experiencia temprana en laboratorios de investigación, tanto Emilio como Luisa recalcaron la relevancia de redactar, comunicar y divulgar la investigación aunque no siempre sea el proceso más “natural” para ellos o muchos científicos.
“Al final, la divulgación de una investigación es lo que va a nutrir toda la comunidad científica, es lo que quizá va a inspirar a otra persona a continuar con tu investigación, a tomar un método, una parte de lo que tú hiciste, agarrar ese método, mejorarlo y aplicarlo a su campo”, consideró Emilio.
Para Luisa, que ha contribuido con algunas secciones de artículos de proyectos de investigación en donde colaboró, sintió que fue una oportunidad de expresar de manera más concisa los hallazgos del trabajo.
“Es ese momento en el que unes las piezas del rompecabezas e intentas plasmarlo de una forma que las otras personas de tu área logren entenderlo. Y encuentro que es un proceso muy satisfactorio”, reforzó Luisa. “El poder compartir con otras personas que están haciendo esfuerzos dentro de la misma área de investigación contigo, es bastante gratificante”.
La profesora Lugo contó que ella ha comprobado que desde tercer semestre los estudiantes ya pueden elaborar papers de una gran calidad y en retos de cinco semanas.
“He descubierto que el énfasis en primer lugar debe ser en compartir y comunicar”, dijo Lugo quien también habló de la divulgación y el rol de los profesores en incentivarla.
Valdez, por su parte, resaltó la importancia de escribir en distintos formatos, ya que escribir obliga a tener piezas y darles coherencia, ordenarlas y hacerlo con cierto ritmo.
“Hemingway escribía y escribía por oficio, decía él, porque hay que hacerlo. No esperar a que venga la musa inspiradora, sino que él decía que todos los días. A los científicos nos pasa eso: vamos a sentarnos, vamos a escribir el paper”, comentó.
Para él, también es crucial la escritura del paper como proceso de trabajo colectivo y sobre todo cuando provienen de distintas disciplinas o grados de experiencias.
“La mayoría del ámbito hoy en día somos como pequeñas comunidades de aprendizaje práctico. Ese científico solitario de las películas, realmente yo en mi vida profesional no lo he visto, pero es muy romantizado (…) Y ahora el estudiante se va ganando ese espacio por su participación, por su entusiasmo, por su contribución”, consideró Valdez.
Finalmente, ambos académicos coincidieron en la necesidad de “escribir para el gran público”, es decir, fomentar la divulgación científica con metodología adecuada, para que los contenidos puedan ser comprendidos por quienes no tienen formación científica.
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